Cristina González Vita, Laura Rodríguez y Carlos Simoes
La adecuada regulación del oxígeno en el organismo es una cuestión clave para el equilibrio fisiológico y para mantenernos vivos. Tanto, que su estudio ha valido más de un Premio Nobel.
Cuando respiramos tomamos oxígeno del aire, lo pasamos a los pulmones y de ahí, impulsado por un ventrículo, pasa primero por arterias y capilares hasta penetrar en las células. En las mitocondrias de su interior el oxígeno se incorpora al metabolismo celular.
En 1953, el bioquímico alemán Hans Adolf Krebs obtuvo el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por unas elaboradísimas investigaciones que condujeron al conocido como ciclo de Krebs. Esta ruta metabólica está compuesta por una sucesión de reacciones químicas que forman parte de la respiración celular aerobia. Consiste en la liberación de la energía almacenada en carbohidratos, lípidos y proteínas para transformarla en energía química en forma de ATP (la moneda energética de intercambio celular). Como desecho, se libera dióxido de carbono.
Hans Adolf Krebs
Cuando respiramos tomamos oxígeno del aire, lo pasamos a los pulmones y de ahí, impulsado por un ventrículo, pasa primero por arterias y capilares hasta penetrar en las células. En las mitocondrias de su interior el oxígeno se incorpora al metabolismo celular.
En 1953, el bioquímico alemán Hans Adolf Krebs obtuvo el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por unas elaboradísimas investigaciones que condujeron al conocido como ciclo de Krebs. Esta ruta metabólica está compuesta por una sucesión de reacciones químicas que forman parte de la respiración celular aerobia. Consiste en la liberación de la energía almacenada en carbohidratos, lípidos y proteínas para transformarla en energía química en forma de ATP (la moneda energética de intercambio celular). Como desecho, se libera dióxido de carbono.
Hans Adolf Krebs
POEMA
El Ciclo de Krebs, un viaje interior,
la danza de la vida, del ritmo creador.
En mitocondrias se forja el compás,
energía que fluye, que nunca se va.
Todo comienza en un paso inicial,
acetil-CoA llega puntual.
Dos carbonos trae como ofrenda al altar,
al oxaloacetato que lo hará girar.
Citrato se forma, el primer eslabón,
seis átomos danzan en esta canción.
Pero nada en la célula queda inmóvil,
la forma se ajusta, isómero dócil.
Isocitrato aparece, listo a entregar
sus electrones al NAD⁺ que espera captar.
Un CO₂ escapa, el ciclo lo deja ir,
la máquina avanza, no puede desistir.
Llega el alfa-cetoglutarato al ruedo,
otra molécula deja su ruedo.
Un paso crucial, el NAD⁺ otra vez,
absorbe energía, respira después.
Succinil-CoA toma el relevo,
un enlace se rompe y, con ello, un nuevo
destello de vida, GTP aparece,
una chispa más que en el ciclo florece.
El succinato, callado, avanza en el tren,
y el FAD, en espera, recoge también.
Los electrones saltan al camino marcado,
el fumarato nace en este viaje sagrado.
Con agua se funde el fumarato al pasar,
malato se forma, ya cerca de llegar.
El NAD⁺ resurge, su papel crucial,
y oxaloacetato vuelve al ciclo final.
Así rueda la rueda, sin pausa, sin fin,
alimentando al cuerpo con fuerza sutil.
El carbono se escapa, la energía se da,
la célula vive, y con ella tú estás.
Desde el ciclo de Krebs, la chispa vital,
la vida transcurre en su senda inmortal.
Un poema de ciencia, de orden, de ser,
un ciclo que inspira y vuelve a nacer.
El Ciclo de Krebs, un viaje interior,
la danza de la vida, del ritmo creador.
En mitocondrias se forja el compás,
energía que fluye, que nunca se va.
Todo comienza en un paso inicial,
acetil-CoA llega puntual.
Dos carbonos trae como ofrenda al altar,
al oxaloacetato que lo hará girar.
Citrato se forma, el primer eslabón,
seis átomos danzan en esta canción.
Pero nada en la célula queda inmóvil,
la forma se ajusta, isómero dócil.
Isocitrato aparece, listo a entregar
sus electrones al NAD⁺ que espera captar.
Un CO₂ escapa, el ciclo lo deja ir,
la máquina avanza, no puede desistir.
Llega el alfa-cetoglutarato al ruedo,
otra molécula deja su ruedo.
Un paso crucial, el NAD⁺ otra vez,
absorbe energía, respira después.
Succinil-CoA toma el relevo,
un enlace se rompe y, con ello, un nuevo
destello de vida, GTP aparece,
una chispa más que en el ciclo florece.
El succinato, callado, avanza en el tren,
y el FAD, en espera, recoge también.
Los electrones saltan al camino marcado,
el fumarato nace en este viaje sagrado.
Con agua se funde el fumarato al pasar,
malato se forma, ya cerca de llegar.
El NAD⁺ resurge, su papel crucial,
y oxaloacetato vuelve al ciclo final.
Así rueda la rueda, sin pausa, sin fin,
alimentando al cuerpo con fuerza sutil.
El carbono se escapa, la energía se da,
la célula vive, y con ella tú estás.
Desde el ciclo de Krebs, la chispa vital,
la vida transcurre en su senda inmortal.
Un poema de ciencia, de orden, de ser,
un ciclo que inspira y vuelve a nacer.
WEBGRAFÍA
https://theconversation.com/un-nobel-a-los-investigadores-que-descubrieron-la-llave-de-paso-del-oxigeno-de-nuestro-cuerpo-124853
- Apuntes Biología: Bloque II BIOLOGÍA CELULAR
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