domingo, 11 de febrero de 2024

Capitulo XVI. Era IV. Avances genéticos en la medicina

Los avances en genética en la actualidad permiten corregir o reemplazar genes defectuosos en el cuerpo humano para tratar enfermedades genéticas o adquiridas a través de la introducción de genes sanos en las células del paciente, ya sea a través de vectores virales o no virales, como nanopartículas, para restaurar la función normal de los genes o producir proteínas específicas que le falten al organismo. Una vez dentro de las células, estos genes sanos pueden corregir mutaciones genéticas, reemplazar genes defectuosos o introducir nuevas funciones. 
 


Esta serie de aplicaciones comenzaron a desarrollarse en 1970 con experimentos pioneros que demostraron la posibilidad de transferir genes a células animales; en 1980, se llevó a cabo el primer intento de terapia génica en humanos para tratar un trastorno metabólico; y desde 1990, se han logrado avances significativos en el desarrollo de vectores virales y no virales más seguros y eficientes. 

En el siglo XXI, la terapia génica ha avanzado hacia la aprobación de tratamientos comerciales para enfermedades como la atrofia muscular espinal y la amaurosis congénita de Leber. Hoy en día sigue en constante evolución con nuevas tecnologías como CRISPR-Cas9, capaz de cambiar o editar piezas de ADN de una célula, que ofrecen promesas emocionantes para el futuro de la medicina genética. 

Estos avances tienen grandes aplicaciones en el tratamiento de una amplia gama de enfermedades, incluyendo trastornos genéticos como la fibrosis quística, la distrofia muscular y la hemofilia, así como enfermedades adquiridas como el cáncer y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. Además, la terapia génica también se está investigando para tratar enfermedades cardiovasculares, enfermedades oculares y trastornos del sistema inmunológico. Su objetivo es proporcionar tratamientos más específicos y efectivos, con menos efectos secundarios que las terapias convencionales.

Podemos destacar su actuación en los tratamientos de las siguientes enfermedades:

- Cáncer: En la terapia génica para el cáncer, se utilizan diversos enfoques para atacar las células cancerosas. Esto incluye la introducción de genes que codifican proteínas que pueden inducir la muerte celular programada (apoptosis) en las células cancerosas, la activación del sistema inmunitario para que reconozca y destruya las células tumorales, y la entrega de genes que pueden hacer que las células cancerosas sean más sensibles a la radiación o la quimioterapia. 

- Hemofilia: En el caso de la hemofilia, una enfermedad caracterizada por la deficiencia de factores de coagulación en la sangre, la terapia génica busca corregir esta deficiencia mediante la introducción de genes sanos que codifican los factores de coagulación faltantes en las células del paciente. Esto puede realizarse mediante la entrega de los genes a través de vectores virales o no virales, con el objetivo de restaurar la capacidad de coagulación de la sangre y prevenir episodios de hemorragia.

No obstante, pese a todos los beneficios que nos ofrecen dichos avances en el campo de los genes, también surgen una serie de inconvenientes entre los que podemos destacar: 

Problemas de privacidad: Preocupaciones sobre quién tiene acceso a la información genética del paciente y cómo se utiliza esa información. 

Equidad en el acceso al tratamiento: Garantizar que la terapia génica esté disponible de manera equitativa para todas las poblaciones, independientemente de su situación económica o geográfica.

Manipulación genética: La posibilidad de modificar genes no solo para tratar enfermedades, sino también para características no médicas, plantea preguntas sobre la ética de la modificación genética humana. 

Seguridad y efectos secundarios: La necesidad de asegurar que los tratamientos de terapia génica sean seguros y efectivos a largo plazo, y que los posibles efectos secundarios sean comprendidos y manejados adecuadamente. 

Impacto en la diversidad genética: La terapia génica podría afectar la diversidad genética de la población si se utilizara de manera extensa y selectiva, lo que plantea preguntas sobre la preservación de la variabilidad genética y la adaptación evolutiva. 

Costo y acceso: La terapia génica puede ser costosa, lo que plantea preguntas sobre quién puede pagar por el tratamiento y cómo se puede garantizar el acceso a aquellos que lo necesitan. 

Es por todo esto que es necesario llevar un control riguroso sobre otro tipo de aplicaciones y tener cuidado de que este tipo de aplicaciones no se desvíen de la búsqueda por el bien común, ya que no sería la primera vez que los avances tecnológico puedan acarrear numerosas consecuencias negativas para las personas. Es aquí cuando entra en juego la responsabilidad y la conciencia del ser humano que debe saber poner los límites ha dicho desarrollo de dichas aplicaciones.















Bibliografía

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